Cambiar! siempre cambiar!

Cortar el cabello no te cambia la vida, me dijeron un día...Pero todo cambio por pequeño o grande que sea, se inicia con un paso.
Para mí, cortar mi cabello es una señal de transformación interna, de no permanecer estática. Siento que el cabello pesa, como pesan los recuerdos, como pesa el pasado que vamos arrastrando. Quiero ser una mujer en constante renovación, reinventarme a mí misma siempre. Jamás permanecer estancada, porque el agua estancada, tarde o temprano se pudre.

Hay amigos y amigos.

Hay amigos y amigos... Familia que se convierten en grandes amigos (una de ellas, a la que pensaba seguir regañando y envejecer juntas ahora me ve desde el cielo) y amigos que se convierten en familia...y aunque no nos unan lazos de sangre, el cariño es inmenso.
Hay amigos y amigos. Amigos nuevos que recién llegan a tu vida y pareciera que de toda la vida los conoces y amigos que ya ni sabes desde cuando los conoces.
Hay amigos y amigos. Amigos distantes, pero que de vez e...n cuando se hacen presentes y sabes que siempre cuentas con ellos y amigos que diario ves y pláticas y ríes a carcajadas.
Hay amigos y amigos. Amigos que físicamente no conoces, pero en esta nueva era, gracias a la tecnología, virtualmente los conoces y te dejan entrar en sus vidas y formas parte de ella como si los kilómetros no importaran. Amigos que quizá nunca hubieras conocido pero el destino los puso en tu camino.
Hay amigos y amigos. Amigos que sean ido sin poder despedirse a buscar su rumbo, sus sueños y te dejan un gran vacío.
Hay amigos y amigos. Amigos que retornan después de años sin hablarse y el cariño es tanto que es como si el tiempo se hubiera detenido y el cariño sigue intacto.
Hay amigos y amigos. Amigos con los que lloras, con los que ríes, los que conocen tus más íntimos secretos.
Hay amigos y amigos. Amigos que te hacen mil y un favores, amigos a los que les haces uno y mil favores, por los que te desvelas, por los que corres y vuelas o te tele transportas para estar a su lado.
Yo tengo amigos y amigos. Mis amigas queridas, mis magnolias de acero. Mis amigos adorados, compañeros de camino.

La pareja perfecta

Sabía que no seríamos la pareja perfecta, que tal vez, ni siquiera seríamos pareja. Aún así, me enamoré de él.
Somos tan diferentes, creo que a penas y me soporta a veces. Él vive sin compromisos, tan levedad y yo busco el ancla que me deje en un puerto tranquilo. Él adora la modernidad, detesta sentirse viejo, yo en cambio, siento extraña fascinación por todo lo antiguo, todo lo que mis ojos no vieron.
Somos de religiones diferentes, de familias diferentes, de pueblos diferentes. Su inteligencia me sobrepasa, no entiende mi humor negro ni mi sarcasmo. Yo voy por la vida sin poseer casi nada, para él, lo material lo es todo.
Nunca estaremos juntos lo sé, no encajo en su prototipo de mujer, y yo en cambio, puedo sucumbir ante su sonrisa, su mirada. No, nunca seremos nada, pero no logro olvidar la noche en que coincidimos en una sola cosa, cuando entre sus brazos me dijo "el amor es más que esto, más que el sexo, más que darnos un beso, más que solo tener con quién no sentirse solo"...obviamente el amor, para él y para mi era mucho más...es por eso que nunca seremos pareja.

Los mareados

"Qué me importa que se rían y nos llamen los mareados..." pensé al vernos caminar por esas calles oscuras, alumbradas a penas por unos cuantos faros y la redonda luna en el cielo ennegrecido. Pero nadie nos veía, caminamos por entre las casas, cerradas las puertas y la ventanas, nada nos importaba, ni el peligro de la noche ni que el alcohol nos impedía caminar correctamente, pero íbamos abrazados tú y yo, hombro a hombro, dando pasos disparatados. Los mareados, los borrachos así nos hubieran catalogado, pero nadie nos observaba, nadie se enteró jamás que en esas calles, borrachos de amor lloramos, nos besamos con locura y me prometiste amor, nadie nos vio, ni tú te acuerdas ahora, que por al menos esa noche limpiaste mis lágrimas y sentí que de verdad me amabas.

En Montevideo hay poetas...

Poetas, poetas. En Montevideo y en todos lados las mentes crean, los hombres sienten y se inspiran a contar al viento sus historias, sus recuerdos, su vida entera. No sé animan a escribir un libro por no saber como empezar, por miedo a que nadie los lea, por eso caminan entre la gente con el pensamiento en las nubes, creando, inventando una y mil historias.
En Montevideo hay poetas, poetas, en México, en China también...