domingo, 12 de febrero de 2017

Los mareados

"Qué me importa que se rían y nos llamen los mareados..." pensé al vernos caminar por esas calles oscuras, alumbradas a penas por unos cuantos faros y la redonda luna en el cielo ennegrecido. Pero nadie nos veía, caminamos por entre las casas, cerradas las puertas y la ventanas, nada nos importaba, ni el peligro de la noche ni que el alcohol nos impedía caminar correctamente, pero íbamos abrazados tú y yo, hombro a hombro, dando pasos disparatados. Los mareados, los borrachos así nos hubieran catalogado, pero nadie nos observaba, nadie se enteró jamás que en esas calles, borrachos de amor lloramos, nos besamos con locura y me prometiste amor, nadie nos vio, ni tú te acuerdas ahora, que por al menos esa noche limpiaste mis lágrimas y sentí que de verdad me amabas.

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